20050914

el recaudador

el recaudaror de impuestos se sienta en el sillón de mi sala. trae un látigo en la mano. me dice:
-- dudar es normal.
y agrega:
-- al menos para mí es normal.
entonces yo le ofrezco té y le digo:
-- y usted es normal?
responde diciendo:
-- bueno, hoy vi land of the dead y los zombies me dieron tristeza. eso debe ser normal.
azota el látigo contra su portafolios y sonríe.
yo estoy de acuerdo, eso es normal. al recaudador de impuestos le gusta el cine de horror y nunca antes había sentido tristeza. yo digo:
-- me alegro de que haya usted sentido tristeza.
me pregunta, después de un silencio largo:
-- usted duda?
respondo:
-- sí, creo que lo he pensado demasiado. necesito dejar de sólo pensar para saber. se duda menos si los sentidos nos guían. podemos pasar largas horas pensando, pero tocar, oler o ver nos dan una certeza inmediata. no digo que con esa certeza baste...
-- no, usted jamás diría eso.
-- jamás.
-- o sea que usted ha pasado largas horas pensado...
yo río nerviosamente:
-- sí, claro... como siempre.
-- siempre.
-- he pasado largas horas pensando. mire, todo lo que he pensado está en este frasco. ábralo.
el recaudador abre el frasco e inspecciona lo que hay dentro. dice:
-- no hay ingenuidades aquí, no hay nada de qué arrepentirse.
-- está usted seguro?
-- confíe.
-- dudo.
-- confíe.
guardamos silencio de nuevo. después dice:
-- en fin, yo sólo he venido a recaudar sus impuestos.
-- cierto.
me entrega un papel donde hay series interminables de números. finalmente logro encontrar la cantidad que debo pagar.
-- no tengo esa cantidad.
-- no? mmmh. deberá usted pagar en especie.
-- claro... nada tengo de valor.
-- cómo dice?
-- que nada tengo de valor. mire, mis muebles son viejos, las cortinas están rasgadas y sucias, el piano no sirve, no tengo joyas, ni antigüedades, ni cristalería fina, ni obras de arte. nada.
-- aaah. ahora entiendo.
-- qué entiende usted?
-- por eso duda, porque tiene usted el poder casi sobrenatural de ver lo que no existe.
-- cómo?
-- usted ve lo que no existe y no puede ver lo que sí existe.
me quedo callada.
-- con el frasco basta.
-- con el frasco?
-- sí, démelo.
se lo entrego. sonrío. el recaudador guarda el frasco en su portafolios.
-- me llevo el frasco. firme aquí.
firmo.
-- estoy seguro de que usted recuerda el contenido del frasco palabra por palabra, cierto?
-- cierto.
-- me marcho, entonces.
le abro la puerta y azota el látigo contra el suelo. ríe, no con malicia como siempre, sino con alivio y se aleja. conozco al recaudador desde hace algún tiempo. creo que somos amigos.
-- se ha llevado el frasco.
digo eso mientras cierro la puerta. entonces río yo con malicia. de nuevo me las ingenié para no contribuir al fisco.
-- y se ha llevado también mis dudas...
el recaudador siempre me hace favores, pero esta vez fue generoso. río entonces, también con alivio.

1 comentario:

Unknown dijo...

HOLA, TENGO UN GUIÓN PARA CORTO QUE HICE CON TU ENTRADA DE EL RECAUDADOR, PONTE EN CONTACTO CONMIGO SI? QUISIERA LOS DERECHOS DE LO QUE ESCRIBISTE.
gabrielanapoles@hotmail.com