20040927

casi una semana después de haber comprado cuerda floja

fui a una fiesta.

estaba sentada platicando con algunos amigos cuando sonó el timbre. alguien abrió la puerta y vi entrar a un grupo de cuatro o cinco personas. entre ellas, reconocí de inmediato a la chica que me había vendido el libro una semana atrás.

un par de horas después tuve oportunidad de platicar con ella. tardé como treinta minutos en explicarle por qué me daba tanto gusto verla.

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