la semana pasada jabbar yassin hussin dio una charla aquí en la flm. unas horas antes, vimos un documental corto sobre su regreso a bagdad veintitantos años después de haberse exiliado en parís. en una escena, jabbar intenta visitar el lugar donde nació, pero esa zona de la ciudad está resguardada por el ejército estadounidense. no logra entrar. jabbar discute con un soldado y le explica que nadie le puede impedir volver a pisar el lugar donde nació. para jabbar su pertenencia a ese lugar rebasa naturalmente el control militar que el ejército gringo ejerce en la zona. al soldado le da risa. su risa viene menos del cinismo que de la ignorancia. el soldado no entiende las razones de jabbar, parece que le resultan ingenuas. el sentido común de la guerra siempre es atroz. jabbar lo entiende, pero él habla desde el sentido común de la vida justa. no hay un solo asomo de justicia a su alrededor y aun así lo hace.
en la charla habló de mil cosas, desde las mil y una noches hasta vargas llosa. yo quería preguntarle sobre su jardín. verán, al igual que derek jarman, jabbar cultiva un jardín. hace varios meses presenté mi examen de titulación y, casi al final, mi maestra me preguntó cuáles creía yo que eran las razones que llevaron a jarman a cultivar un jardín. yo me entristecí, nunca me había puesto a pensar en eso. de cualquier forma, me aprobaron. en fin. el punto es que quería saber qué significaba para jabbar tener un jardín. estaba plenamente consciente de que sus razones no serían las mismas de jarman, pero también estaba segura de que en algo debían parecerse. antes que yo, cml le hizo la pregunta a jabbar (y la formuló mejor de lo que yo hubiera podido hacerlo). jabbar le respondió que su madre cultivaba flores en la casa. jabbar se exilió cuando tenía alrededor de veinte años. se fue solo, a otra tierra. tiempo después creyó que cultivar un jardín le permitiría echar raíces en ese nuevo lugar. además, el jardín le recordaba a su madre de una forma tangible, olfativa, táctil.
pensé que, en lo esencial, las razones de jarman no debían ser muy distintas. en primer lugar está el jardín en sí, en segundo lugar está la necesidad de reconocer un territorio como propio (los motivos y los modos pueden variar tremendamente, hay ejércitos que sitian una ciudad, pero también hay personas que cultivan jardines), en tercer lugar están esos recuerdos que no viven mejor en otra parte que en los colores, olores y texturas que están vivos, que se forman, crecen y mueren en una planta, que oscilan en una nube o que se entregan en un apretón de manos. pero algo más faltaba. intuía que el jardín de jarman y el de jabbar guardaban algo más en su tallos y sus hojas. el mismo jabbar lo respondió cuando terminó la charla y nos acercamos a él. lbsng le preguntó sobre un par de libros, sobre una frase dicha por kafka y otras cosas. en algún punto, jabbar hizo referencia a un epígrafe que decía más o menos que: "cuando veas comenzar el apocalipsis, planta una flor" y agregó jabbar: "por si acaso".
4 comentarios:
perpetuar, a la letra, jardines
todas en casa han tenido los suyos hermosísimos o caóticos
mi mama siempre ha dicho -y creo que su papa lo decía- alguien que aspira a la dignidad humana: planta un árbol, escribe un libro, cria a un hijo
a mi me gusta ensuciarme las manos con la tierra
Es una reflexión y un comentario muy bonito (y tiene todo de cierto) quienes cuidamos plantas o animales o niños lo sabemos, se trata de crear, de dar y de hechar raíces, no solo pararse en un sitio con su pistola y decir "es mio"
The word "paradise" derives from the Old Persian word pairidaeza--formed on pairi (around) diz (to mould, to form) which meant the royal park, enclosure, or orchard of the Persian king. Even at its origin, the word signified a natural place with a special (in this case, royal) character. The subsequent history of the word has two branches: it comes from Hebrew pardes, and it is adapted by the Greek, and, through Latin, French, and Middle English [we shouldn't forget Spanish], becomes our word "paradise."
The Hebrew word, pardes, meant a park or garden and was used only three times in the Old Testament [Eccles. 2:5, Cant. 4:12, Neh. 2:8]. There it meant specific, verdant enclosures, but had no connection with what we call the earthly paradise or garden in Eden of Genesis 2:8. The specific identification was to come in later commentaries, apocalyptic and rabbinical, after pardes had been influenced by its Greek cognate paradeisos. In the apocalyptic tradtion of the Jews, pardes signified the garden in Eden or the opposite of Gehenna, and was the home of the blessed dead after their Resurrection (a concept introduced around 200 B.C.). In the rabbinical tradtion, pardes designated the blessed part of Sheol where the good sould awaited the Resurraction. In all cases, whether it meant the opposite of Gehenna or a blessed part of Sheol, the eternal home of the blessed dead or a temporary resting place, pardes was used with specific reference to the garden of Eden. However, before the use of paradeisos colored subsquent usage of parades, the Hebrew word reffered only to the gardens, forests, or parks in the Old Testament, and maintained the original meaning of pairidaeza.
The earliest link between the simple word and the specific place, between garden and the garden of Eden, paradise and earthly paradise, occurs through the Greek adaptation of pairidaeza into paradeisos. The word first occurs in Xenophon [there Cyrus has a palace and a large park full of wild animals] and means a royal park; but when it is used in a Biblical context, paradeisos exhibits the two other meanings it conferred on the interpretation of parades in later Jewish literature: the garden in Eden and Heaven or the Abode of the Blessed Dead.
"esos recuerdos que no viven mejor en otra parte que en los colores, olores y texturas que están vivos".
Extrañaba estas observaciones.
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