20070510

cerebro talla 32

y no, hoy desperté y no me creció el cerebro.

20070504

otra vez, la bruja

son las ocho de la mañana. se levanta la bruja y va al baño a cepillarse los dientes. aún lleva los ojos medio cerrados. se detiene frente al espejo y sus ojos comienzan a abrirse con creciente asombro. sale del baño sin lavarse la boca y comienza a gritar: me crecieron los senos! me crecieron los senos! yo estoy en la cocina sirviéndome café cuando la escucho. llega la bruja hasta mí y me dice: tengo los senos más grandes que ayer. yo pienso que debe ser su imaginación, pero decido seguirle el juego. ella estira su camisón negro hacia atrás a la altura del pecho para que sobresalgan sus senos y se pueda apreciar el aumento de tamaño. entonces me doy cuenta de que tiene razón, le han crecido. hasta ayer la bruja usaba la talla más pequeña de brassiere en el mercado. incluso a veces la talla más pequeña disponible le quedaba un tanto floja. ahora puedo ver que ha pasado a ser quizá un poco menos que mediana, pero para llegar a eso debieron crecerle bastante.
sé cómo le funciona la cabeza a la bruja. está convencida de que muchas mujeres se sienten poderosas por poseer un cuerpo voluptuoso, y que dichas mujeres creen ejercer ese poder mostrando su cuerpo tentadoramente a través de pantalones entallados, faldas cortas y, claro, escotes. pero la bruja dirá que se engañan a sí mismas y que es al revés: que al mostrar su cuerpo de esa manera le ceden su poder a los hombres que las rodean. creen controlar, dirá, pero esa percepción es falsa y es a través de esa ilusión que son controladas. yo le digo que en ese tipo de relaciones de poder se da más bien un estire y afloje, un quita y pon, un toma y daca, un ataque y defensa, pelota y pared. y que qué más da. hay muchas maneras de ser injusta consigo misma y los demás. no es que las machorras estamos limpias de pecado.
la bruja se levanta el camisón y deja los senos al aire. las dos miramos con atención: son dos senos verdes, redondos, con dos ciclópeos pezones, de color verde oscuro. están bonitos, le digo. ella sonríe y dice sí, seguro que sí. estás contenta?, le pregunto. ella responde que sí. usarás escotes ahora?, pregunto. qué pegunta tan tonta, responde, ojalá mañana despiertes y te haya crecido el cerebro.
la bruja deja caer de nuevo su camisón. se toma los senos con las manos, como si cargara un par de cachorritos, y sonríe antes de perderse en la pequeña inmensidad del departamento.