20060926

cinco treinta (pm)

ahora son alrededor de las cinco treinta de la tarde. eso quiere decir que escribo esto desde la antípoda de las cinco treinta de la madrugada.
nunca lo había pensado, pero de alguna forma siempre son las cinco treinta (o la hora que ustedes elijan) en alguna parte del mundo, pues cada hora va recorriendo la geografía del planeta de oriente a occidente (o al menos esos términos usamos para entender la redondez de la tierra).
las cinco treinta de la madrugada volverán a pasar por aquí, por mi cama, por las camas de ustedes. y si lo que soñamos es producto de lo que traen las horas de su paso por el mundo?

cinco treinta (am)

despierto inquieta y veo de reojo el reloj. son alrededor de las cinco treinta. por un momento pienso que habría preferido que fuera más tarde y tener que levantarme. pero no. después pienso que está bien, tengo un par de horas más para dormir. concilio de nuevo el sueño y parece que sigo soñando lo mismo que soñaba antes de despertar:

tengo una bicicleta roja enfrente de mí. está nuevecita. yo digo: "pero no se dan cuenta de que yo necesito un coche, no una bici?" todos responden que es un coche: "vélo bien, es un coche". yo lo intento otra vez y vuelvo a ver una bicicleta. "es una bicicleta". una bici no resuelve mis problemas. "si hiciera un viaje largo por carretera a bordo de esta bici, moriría. no se dan cuenta?" nadie parece entender qué estoy diciendo. insisten en que se trata de un coche. me miran tranquilos, como si no pasara nada y yo sigo sintiendo que esa bici está asociada de forma indisoluble con mi muerte. "mamá, papá, hermana, hermano, no se dan cuenta? eso es una bici y yo necesito que me crean, ya no tengo diez años. ya no hay monstruos en mis pesadillas, somos sólo ustedes y yo".